miércoles, 20 de enero de 2016

EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA, ACTIVEMOS NUESTRA MANO DERECHA



RECUPERAR LA MANO DERECHA
                        Lc 6,6-11                       


Hablar de la misericordia pide también hablar de nuestro cuerpo y de sus actitudes. Nuestro cuerpo manifiesta en sus órganos lo que somos y vivimos. Observemos nuestras manos, ellas hablan y a través de sus gestos los otros hablan de nosotros. Con ellas oramos: las juntamos, las colocamos abiertas, las recogemos o las alzamos. Las manos son para nosotros signo de comunicación y de manera particular la mano derecha en la Biblia tiene su significado.



Si comparamos la narración en Mt 12,10-13, y en Mc 3,1-6 con la versión de Lucas, nos damos cuenta de que es sólo éste el que nos dice que era la mano derecha la que tenía seca o paralizada el hombre. Aquí habla el médico, interesado en todos los detalles del caso.



Siempre los textos precedentes nos ayudan a comprender mejor el texto o la perícopa en cuestión. Desde que comienza el ministerio de Jesús en Galilea muchos enfermos entran en contacto con él. Muchos que necesitan recuperar la vida. Enfermos físicos o enfermos sociales como Mateo. Este hombre de la mano seca representa a todos los que tienen necesidad de resucitar, de estar de pie en medio de la comunidad. La palabra mano, en hebreo YaD, tiene un equivalente de 5 y este mismo numero de veces aparece la palabra mano en el capitulo 6 de Lucas. Esta cifra en el judaísmo es la cifra que une la humanidad con la divinidad, tres es la cifra de la santidad de Dios y dos la del hombre, por ello la estrella de Belén es la de cinco puntas Dios hecho hombre. 



El hombre de la mano seca, muerta, puede representar la humanidad que necesita de la divinidad para alcanzar su vocación real. Para que pueda proclamar al Señor de la vida. Después de esta curación el Señor elige a sus apóstoles y, entre ellos, a Mateo y continua enseñando y sanando, dando su vida poco a poco, pues de nuevo Lucas nos dice que la fuerza sigue saliendo de él cada vez que se deja tocar. 



En los evangelios apócrifos, se nos dice que el hombre es mampostero, y desea que Jesús le ayude. “Yo era mampostero, y me ganaba la vida con las manos; te suplico, Jesús, que me devuelvas la salud para que no tenga que mendigar mi pan con vergüenza”. Jesús lo escucha y lo sana colocándolo en el centro de la comunidad. La recuperación de la mano derecha es la recuperación de su dignidad como hombre y como persona que hace el bien.



 Este texto nos lleva, como decíamos antes, a una reflexión acerca de las manos, algo pasa con ellas… con ellas arrancan las espigas y las comen… un hombre tiene una mano paralizada. En el judaísmo como entre los primeros cristianos cada mano tiene su significado y expresa un atributo divino.


Los rabinos nos dicen que podemos entrar en la Escritura por mil puertas, cada una de ellas abre a un  mundo inesperado y a un encuentro con Dios y su plan de salvación diferente y quizás muchas veces imprevisto. La Palabra de Dios es viva y dinámica. Entremos esta vez por la puerta de los símbolos y de las manos, estos dos elementos unidos pueden llevarnos a descubrir el plan de Dios en nosotros.

Dios en la tradición de Israel tiene un doble nombre Yahvé y Elohim, el primero impronunciable por su sacralidad y que es remplazado por Adonay, Señor. Cada uno de ellos representa un rostro de Dios, Observemos el siguiente cuadro:

Elohim = Dios
Yahvé = Señor
Rostro paterno = Sabiduría
Mano izquierda = Justicia

  Rostro materno = Inteligencia
Mano derecha   = Misericordia


La mano derecha es la mano de la misericordia y la mano izquierda la mano de la justicia. Recordemos el cuadro de Rembrandt  en el que el padre que acoge al hijo que vuelve al hogar lo abraza con sus dos manos una masculina y otra femenina, significando que Dios Padre es también Madre.

Es curioso recordar como la mano izquierda recibe también el nombre, del latín, siniestra. Este nombre habla de mal augurio. Mientras que la derecha  habla de honor, de algo derecho. Para el judío el lado derecho es siempre el lado de honor.
¿Qué le ha sucedido entonces a este hombre para quien su mano derecha no funciona? ¿Se ha secado su misericordia o su honorabilidad, su ternura materna o su rectitud? La mano derecha es la mano del amor, quizás quiera trabajar pero le falta algo...
Jesús permite en este milagro que el hombre active su mano derecha, la mano de la ternura, la mano que lo hace ser misericordioso como Dios. 

¿Somos conscientes de lo que significan nuestras dos manos a través de las cuales Dios actúa en nosotros?

¿Tendremos paralizada la mano derecha, la mano de la misericordia?


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